Muchos profesionales, autónomos, pequeños emprendedores, comercios, pequeñas empresas etc. deben enfrentarse al reto de presentarse a sus diferentes públicos. Hoy día nos encontramos con el desafío de hablar de nosotros al elaborar nuestra web o los perfiles en redes sociales e incluso alguna acción offline. Deseamos ofrecer una imagen profesional y depurada buscando resonancia y visibilidad.
Pero “Fabricar” esta imagen se puede convertir en una trampa que no consiga su objetivo si no sabemos cómo enfocarlo y nos dejamos llevar por fórmulas “prefabricadas”.
Mi recomendación es que no debemos olvidar que cada proyecto de comunicación ha de estar precedido de una profunda reflexión interna, para no caer en fórmulas prefabricadas y neutras, que no ofrecen nuestro auténtico punto de vista.
Hoy en día disponemos de muchas herramientas y recursos para crear mensajes con gran impacto visual, imágenes atractivas y que ofrecen una visión impoluta, de “catálogo”. El peligro de estas prácticas consiste en perderse en realidades paralelas que nada tienen que ver con nuestros proyectos. El uso de plantillas “copiadas” acaban ofreciendo productos de comunicación visualmente “correctos”, pero carentes de esencia y difíciles de distinguir de nuestra competencia, impidiendo que los auténticos consumidores se enganchen a nuestra diferencia.
El verdadero reto en el mundo virtual, es mostrar la verdad de nuestro proyecto. Exponer nuestra realidad y crear un lenguaje propio para ser identificados claramente en los diferentes canales en los que estemos.
La verdad supone un acto de valentía. El uso y abuso de plantillas web prefabricadas con fabulosas imágenes de archivo representan imágenes falseadas de los emprendedores o sus proyectos… se abusa de imágenes con modelos impecables, de blancas sonrisas y en oficinas dignas de un premio de arquitectura.
No debemos construir nuestra imagen de marca basada en postales de catálogo porque al final, nuestro público, no se fía. Si buscas un asesor fiscal para solucionar un tema de herencia en tu ciudad y ves una web que te muestra la cara de un equipo de brókers de Wall Street, pues no te fías.
Cualquier negocio, servicio o empresa debe confiar en su verdad potencial. El reto es confiar al profesional de la comunicación gráfica el trabajo, para que destile tu lenguaje, estructure tu imagen y tu discurso. Ofreciéndote las herramientas idóneas para llegar con coherencia a tus públicos.
Hay que perder el complejo a ser reales, auténticos. Dejar de comprar envoltorios engañosos para productos que nada tienen que ver con lo que somos. La imagen no es el objetivo final. La visibilidad y la resonancia vendrán si muestras tu verdad a través de la pantalla y convences al que te ve.