El brandbook o manual de marca debe ser la guía práctica que esté en el centro de cualquier acción comunicativa. Es una herramienta imprescindible que facilita el diseño y la correcta aplicación de la marca en cualquier medio, diseño de producto o cualquier soporte publicitario o corporativo.
El diseño del brandbook permite crear el entorno comunicativo en el que cualquier marca se debe desarrollar. Tener claras las directrices consigue aumentar el valor de la marca, ofrece solidez y consistencia.
Los diseñadores lo llamamos la biblia de la marca, ya que ofrece todas las pautas de actuación necesarias en la comunicación de la marca con sus públicos. Es importante que se ajuste a la actividad y a las necesidades reales de reproducción de cada acción, para que vaya acompañado de ejemplos y tenga en cuenta los diferentes detalles de producción. Una mala aplicación de las directrices acostumbran a generar múltiples e incoherentes representaciones de la marca diluyendo su capacidad de influencia y posicionamiento.
Independientemente de que la marca que desarrollemos corresponda a una gran empresa o a un pequeño negocio, es necesario disponer de un manual de referencia a medida de las necesidades su actividad. Lo mínimo sería una representación de la marca, tipografías, colores, fondos e imágenes de aplicaciones básicas. A partir de ahí hay manuales de grandes marcas que recogen detalladamente todas las posibilidades de aplicación y escenarios posibles. Llegan a tener cientos e páginas y cuando trabajamos para marcas importantes debemos estudiar detalladamente el proyecto que vamos a realizar y las pautas que los brandbook nos obligan a seguir.